lunes, 25 de febrero de 2008

¿El cómic es cosa de niños? (Segunda Parte)


Hemos pasado de héroes a superhéroes y algunos de estos últimos han conseguido saltar de sus páginas convirtiéndose en iconos populares; quién desconoce, por ejemplo, al “Hombre Murciélago”.

Scott Beatty, especialista en Literatura de ficción, ha escrito la Guía Definitiva de Batman. “Qué otro personaje de ficción puede presumir de haber estado siempre de actualidad, qué otro puede jactarse de que durante 65 años hasta seis revistas no hayan dejado de publicar ni un solo mes sus aventuras. Su nombre es conocido en todas partes. Batman, creado en la década de 1930 por un Bob Kane todavía adolescente, reúne lo mejor de un buen número de héroes de ficción (y de algunos malvados). Es Sherlock Holmes, El Zorro, Pimpinela Escarlata, La Sombra y Drácula a partes iguales, y dispone de un sinnúmero de vehículos y artilugios que ni el mismísimo James Bond sería capaz de igualar”. Una combinación desde luego peculiar que ya ha estrenado en la gran pantalla 5 películas bajo su estandarte, y que este mismo año estrenará El Caballero Oscuro, la sexta.

Hablando de cine, al menos una vez al mes encontramos en la cartelera la adaptación de un cómic. Incluso el fenómeno ha inundado los museos, el Guggenheim de Nueva York tiene un ala entera dedicada a estas expresiones artísticas con forma de viñeta.
Spiderman o los 4 Fantásticos (creados por Stan Lee y Jack Kirby) son algunos de los conocidos seres que habitan las páginas del 9º arte. En cada tomo ríen, luchan e interactúan. Los guionistas crean historias increíbles ya que no existen límites sobre el papel, sólo su talento y el del dibujante. Hay muchos tipos de cómic, cada uno orientado a satisfacer una necesidad. Los de temática superheroica han recogido el testigo mitológico, sirven para dotar a nuestras generaciones de una nueva oleada de seres tan interesantes y poderosos como Hércules o Thor. Surge así un nuevo estilo de mitología con sus propios símbolos: a Lobezno le distinguimos por su pelo, sus patillas y sus garras; el Capitán América siempre llevará su escudo, y toda la liturgia del Hombre Murciélago será recordada.

Y es que hay un interés común que nos une con los habitantes de una polis o los legionarios romanos, que nos iguala con Aladino y con Odín, un poder que todos compartimos; algo intrínseco a ser hombre: la capacidad de soñar, de soñar con lo imposible. Aunque nunca debemos olvidar, como diría Peter Parker, “que todo gran poder conlleva una gran responsabilidad”.

1 comentario:

Media y del mar dijo...

Soñar lo imposible... Quién no sueña, quién no fantasea con ser un poco más héroe, un poco menos normal, un poco más diferente, un poco más raro y excepcional...
Todos lo somos a nuestra manera, pero algunos tienen el magnífico poder de volar...
"Si no saben volar, pierden el tiempo conmigo", como diría el protagonista de "El lado oscuro del corazón"...
Tú eres de esos que vuelan, así que no pierdas nunca tus alas de superhéroe.